miércoles, 2 de noviembre de 2011

Las internas y sus razones

Aquí, al igual que yo, hay unas pocas internas. Las demás, de la Orden o de fuera de ella, son bienvenidas, entran y salen cuando quieren. Es una clausura relativa, es solo que nosotras, las internas, no salimos, aunque tenemos unas hermosas vistas al exterior desde nuestras celdas, de un lado y allí al fondo, el mar, detrás de la ciudad que bulle de gente. Por los otros tres costados se extiende una hermosa montaña de verdes pinsapos.

Los motivos que nos han llevado a entrar en clausura son diversos pero todos ellos vienen a decir que es necesario apartarse de mundanal ruido durante un tiempo, aunque en la cabeza de unas pocas ronda la idea de "para toda la vida". No es mi caso ni el de la mayoría. Confieso que se está bien aquí, el ambiente es libre y relajado.  ¿Dije ambiente? Sí, lo dije. Decía que el ambiente es libre y relajado para casos en los que se hace obligada la reflexión y la puesta a punto.

Otras y nosotras mismas en ocasiones parecidas a las que nos trajeron aquí, nos hemos echado al ruido, a la actividad frenética, nos hemos volcado en el trabajo, hemos pateado calles y bares, hemos hecho largos viajes, e incluso nos hemos asociado a tugurios sórdidos de mujeres desesperadas. Nada hay tan desesperanzador como entrar en estos últimos y darnos cuenta de que cada una de nosotras carga una enorme mochila sobre las espaldas, mochilas llenas de desamor o de sueños rotos. Las calles, los viajes, los bares, la actividad frenética nos han sentado bien a unas, regular a otras y pésimamente a una minoría. Sea el caso que sea, en esta ocasión nos hemos decidido por la clausura.

Poco a poco, en estas cartas se irán desgranando las historias que a cada una de nosotras nos han traído hasta aquí.

17 comentarios:

Kika Fumero dijo...

El mundanal ruido, el bullicio cotidiano que nos envuelven y arrastran...esas mochilas que vamos cargando sin ser conscientes de lo que metemos o permitimos que metan en ellas...Sí, a veces tenemos que hacer un alto en el camino y retirarnos a reflexionar, porque de lo contrario el vaIvén del mundo nos devoraría. Bueno, y qué mejor lugar para el retiro que este enigmático convento!! ;-) Seguiré atentamente esas historias que nos irás desgranando. Ya tengo preparada la fuente de palomitas, los ojos bien abiertos y los oídos limpios!! :-) Un beso

María dijo...

Yo busco, cada día, un momento de retiro interior para encontrar la paz.

Marcela dijo...

Este convento cada vez me gusta más, yo que pertenezco al mundanal ruido, que sigo llenando la mochila de buenas y malas cosas, que sé algo de largos viajes y montañas rusas, te digo que este convento me tiene enamorada. gracias, sorella por darnos este espacio.

Pena Mexicana dijo...

mmm... lo mejor es que no haya clausura obligatoria, que nada como la libertad de entrar y salir para que el espíritu mejore ;)

cereza dijo...

¡Se puede entrar y salir cuando se quiera! ¿seguro que es un convento? lo digo porque alguna conozco que tuvo que venir Dios en persona a sacarla de allí.
Ha sido ver escrito "para toda la vida" y me ha dao una picacera, ufff.

Siempre suya dijo...

Ay Sor Hermana, por fin un convento afín....
Me complace el recogimiento, la libertad y vuestro huerto. En él plantaré si me acogéis.
Castos besos a la comunidad

Jirafas en Gerundio dijo...

Que hay del pedido de las pastas para navidad???

Ico dijo...

Me encanta esta nueva etapa, el susurro de esas voces afinadas en el convento cuántas historias guardarán esas paredes... estoy segura que sabrás desgranarlas todas ellas y contarnos sus secretos... besos

morgana dijo...

jajajajaja me mudo a este convento!!!

farala dijo...

me pone mazo cachonda este convento... tentaciones me dan hasta de volver!

SimpleDay dijo...

A veces es necesario el claustro y la reflexión, Hermana... pero no mucho que la mayoría de recuerdos y proyecciones son mentiras.

Me gusta la libertad que aquí se ofrece: de entrar o salir. Es como la vida misma, que a veces hace falta cerrar las puertas y apagar las luces para deshacerse de algunas sombras.

No puedo esperar para leer esas historias.
Un abrazo,

Kika Fumero dijo...

Pues vuelve, Farala, que cuantas más en el convento, mejor!! ;-)

sor Ella dijo...

* Compartiremos historias, Kika. ¿Me das de tus palomitas para mientras te escucho a ti? Un beso.

* María, con un poco de silencio (interior y exterior) se ha hecho parte del camino, o eso se dice por el convento :) Besos

* Marcela, las cosas malas de las mochilas pesan demasiado y acabamos encorvadas. Las buenas son ligeras como plumas o más aún, son como globos de helio que pesan hacia arriba y nos hacen volar. Montañas rusas... ¡No more! Besotes

sor Ella dijo...

* Pena, nada es obligatorio, nada está prohibido. Se escoge entrar y salir, o entrar y quedarse o salir y no volver, siempre :) Un beso!

* Cereza, si se habla de para toda la vida con una sonrisa será porque se desea. Y nada hay mejor en la vida que atender los propios deseos y vivir las propias emociones. Un beso.

* Siempre suya, gracias por pasarte por este convento de la orden de Lesbos :) Tienes el huerto a tu disposición, aquí florece todo lo bueno que se planta. Planta tus semillas y esquejes, ya verás, ya verás! Un beso.

* Jirafas, en el horno están esas pastas, amén de unos menús especiales que estoy ideando para cocinar en mi celda :))) Besos!

* Veremos cómo soy capaz de desgranarlas, Ico. Son muchos y variopintos los secretos que encierran estos muros. Besos.

sor Ella dijo...

* Morganaaaa ¿te mudas? Espera, que te preparo primorosamente una celda con preciosas vistas!

* Farala, jajajaja, cachonda jajajaja. Deja fluir tus tentaciones y vuelve a militar activa y fehacientemente en la orden. ¡Siiii!

* SimpleDay... "cerrar las puertas y apagar las luces para deshacerse de algunas sombras". Qué bonito y qué cierto. Un beso.

* Kika, comparto comentario y lo aplaudo!

nocheinfinita dijo...

No hay mejor clausura que la que no tiene rejas...

Beso casto

Anónimo dijo...

¡Qué bien te está sentando el "Retiro"!
Me apunto a laudes y raudales..
Bss