lunes, 23 de abril de 2012
Aquí hay vida
... pero yo me salgo ya del convento. Durante una temporada, que puede ser muy larga, dejo los hábitos. Me voy a vivir la vida fuera de estos muros. Aquí se quedan las que quieran estar y vendrán las que quieran venir. Todo gratis, incluso el yacuzzi y la sala de autotorturas, ambos recién instalados. El alma me pide volar hacia cualquier paraíso que me haga feliz y ya soy feliz solo de pensarlo: desnuda, sin hábitos, sin pinchos, sin miedo.
En la distancia, seguiré siendo la abadesa de este convento.
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