sábado, 10 de diciembre de 2011

Sor Ella, sor Amor y sor No

El espíritu de sor Virtudes escribió esta entrada:

Estáis deseando conocer la carta que dejé a Gutapercha, pero es ella quien tiene que desvelar o no su contenido. Entretanto y mientras sor Ella sigue con siete vueltas de llave en su celda, os hago llegar mi humilde saber y entender sobre el porqué de su encierro. No dejo juicio alguno, sino el testimonio de lo que observé en vida y en muerte. Solo me atrevería a hacer una recomendación saludable: Que sor Ella deje de andar desnuda por el mundo y que sor Amor se cambie el hábito por uno más cómodo que no le impida sentir ni dejarse sentir.

Sor Ella y sor Amor se amaban desde siempre, aunque hablasen diferentes idiomas y sus hábitos estuviesen hechos de distinto material. Solamente la piel era capaz de traducir los sentimientos de ambas a un lenguaje común que nadie más podía entender sino ellas mismas. Así, cuando se desnudaban, bastaba el roce de la yema de los dedos para que se iniciara la transmisión de emociones. Ya en ese momento comenzaban a escuchar y comprender las palabras de amor y de ternura que vestidas no podían entender una de la otra. En el aire sonaban cada vez con más fuerza todas aquellas palabras ahora traducidas por la piel: te quiero, te deseo, mi amor, mi vida, quédate conmigo, te amo.

El hábito de sor Ella era de seda de algodón y casi nunca llevaba cofia porque le impedía oír bien. Aunque más de una vez en la vida se había dejado aconsejar sobre vestimentas protectoras y se las había llegado a poner, se daba cuenta de que así no podía sentir y se las quitaba de inmediato. Ella siempre prefería sentir aún a costa de ser vulnerable. Por eso, si no llevaba aquel hábito era porque estaba desnuda.

El hábito de sor Amor era de malla de acero, largo y pesado, adornado de pequeñas púas brillantes, que cubría todo su cuerpo desde la punta de los dedos de pies y manos hasta el cuello. Por cofia llevaba una escafandra insonorizada de cristal irrompible.

Sor Amor se sentía vulnerable sin su hábito y, para que notase que no corría peligro alguno mientras estaban juntas, sor Ella se le acercaba desnuda y la abrazaba, a pesar de causarse arañazos y pinchazos por todo el cuerpo. Mientras tanto, ambas se decían palabras de amor que la otra no podía oír por aquella escafandra insonorizada de sor Amor. Sor ella le decía ¡desnúdate!, pero sor Amor no la escuchaba. Se lo decía con gestos y sor Amor negaba y negaba con el miedo en los ojos detrás de su cristal irrompible. Aunque desde dentro de su escafandra gritase ¡te quiero, sor Ella!  y desde fuera sor Ella le gritase ¡te quiero, sor Amor!, ninguna podía oír a la otra.

Sor Amor dejó de quitarse el hábito y la escafandra durante mucho tiempo. Solamente una vez en aquel tiempo, mientras se abrazaban, sor Ella consiguió que sor Amor accediera a quitarse un guante y de ese modo, aunque sor Ella se estuviera arañando con el hábito de sor Amor, ambas se durmieron mientras la piel de las manos de ambas traducía en sentimientos dulces las palabras sordas de una y otra.

Pasó mucho tiempo hasta que sor Ella decidió una noche dejar de gritar palabras que sor Amor no podía escuchar. Se cansó de desnudarse, de dejarse arañar, de no poder notar los sentimientos de sor Amor. Suponía que estaban ahí ocultos detrás de su hábito de metal y su escafandra de cristal irrompible, pero a fuerza de no sentirlos dejó de creer que existieran. Nunca más pudo conseguir que sor Amor se desnudase, ni siquiera una mano, para amarse juntas por lo menos a través de unos centímetros de piel. Sor Ella le cambió a sor Amor el nombre por el de sor No, a la vez que se sentía morir por las heridas, la incomunicación y el abandono. Fue entonces cuando tiró la toalla, hizo salir del convento a sor No y se encerró en su celda con siete vueltas de llave.

20 comentarios:

Mayte Mederos dijo...

Sor Ella es mi heroína. Amorosa sin límites, pero dotada de una fina inteligencia que le permite, en el último momento, cerrar la llave de paso antes de que el agua arrase todo cuanto ha construido con tanto trabajo. Bravo, reverenda, por tomar las riendas de su vida y de este convento del que ya nos sentíamos huérfanas...

Jam lo intenta dijo...

ufffffff

Pena Mexicana dijo...

Esta carta del espíritu de Sor Virtudes me ha recordado la paradoja del árbol que cae. ¿Si el amor no se puede compartir con la persona amada, es amor?

Yo creo y no quiero dejar de creer que el amor es amor "si y solamente si", ayuda a ambas partes a crecer como personas y a enriquecerse; si se disfruta, si no se padece... Quizá soy demasiado pragmática por haber renunciado al sufrimiento como parte del amor.

Sólida convalecencia Sor Ella, un fuerte abrazo.

Morgana dijo...

He recordado al Caballero de la Armadura Oxidada. Si quisiera, podría librarse de ella.

Una, hermana, ha de ponerse a salvo cuando llueven piedras. Amar no es quedarse en nombre del amor. Ni perecer de languidez.

Mi abuela, que era muy sabia, muy sabia, de sencillez, decía aquello archifamoso de: "obras son amores y no buenas razones" y, también, "quereres a la fuerza no pueden ser". No sé por qué le digo ésto. Quizás porque en estos días la ando recordando mucho, a mi abuela, digo, a usted la recuerdo mucho y la quiero también mucho, tanto como lanuestra Marcela.

Ande, dígame que me vaya en paz y que no cierra este convento.

Besos, castos, por supuesto.

Kika Fumero dijo...

Cuánta clase, qué elegancia...me quito el sombrero ante vos!! Ya sabe lo que pienso de todo. Usted merece ser feliz y que la cubran de mimos. Téngalo muy presente, hermana!! Me alegra ver que no nos cierra el convento, fuente de sororidad, sindicato fiel y hogar de cuantas sores la quieren bien. Un abrazo inmenso desde éstas, las afortunadas!!

Marcela dijo...

Ayyy, nadie debería recibir arañazos cuando se acerca desnuda, de cuerpo y alma, a dar y recibir amor. Si hay arañazos, es que algo falla. me alegra saber que aunque Sorella esté encerrada, el espíritu de Sor Virtudes mantenga este blog que me encanta. Por cierto, cuando Sorella quiera, lo necesite o le apetezca, ya sabe dónde estoy. Besín enorme.

Anónimo dijo...

Virtudes: bien hecho. Nada como levantarse (de la tumba, que el hábito ya hablaremos de cómo y cuánto lo hacías) para estos momentos en los que tanto se necesita de la experiencia, sobre todo de la que tu atesoras. Ha llegado el momento de arrojar luz sobre el contenido de la escrita por tus manos. Hablaré con Sor Ella para que me permita hacerme eco de tus deseos y de mis maneras a la hora de darles vida.
Y vida es la que debe seguir fluyendo por las entenderas de nuestra priora, esa misma que trasmite, que contagia, que fecunda con su inmensa sonrisa.
Virtuchi, mona, descansa en paz que te lo has ganao. Las demás nos ponemos al tajo para que la paz y el descanso se instalen de nuevo en la celda 19, y cada soplo de cariño se convierta en una vuelta de retorno en la cerradura de la puerta. Yo soy la séptima que susurra, así que me toca decir...ábrete SéXamoR !!!

Gutapercha de Jabariego
Muy pronto

María dijo...

Coraza-corazón. A veces, van tan unidas, que no dejan sentir lo importante.

chris dijo...

Por experiencia...cuando la otra persona no quiere...por mucho que nos empeñemos no hay manera. Y cuando al final te retiras, o te retiran, te das cuenta del desgaste tan tremendo que has sufrido.

Pero a pesar del desgaste, llegan unas locas, y sales a dar una vuelta, a comer en un sitio entrañable, a cenar delicias libanesas, a pasear, a charlar, a disfrutar de la compañía de personas que te aprecias, porque el buen trato sana muchas heridas.
Esa receta es mejor que encerrarse bajo siete llaves, querida hermana. Ya sabes dónde nos tienes!
Un abrazo enorme!!

Lena de mar dijo...

a pesar de no haber estado en este convento, intuyo que lo que pasa es que tanta clausura, tanta muralla, tanta castidad no pueden ser muy buenas para la salud!!! hay que aprender a romper todas las barreras del pasado que nos impiden ser felices!!!
Tal vez su vocación no es ser "sor"... pruebe algo distinto... deje los hábitos y tal vez descubra que hay vida más allá del convento... y recuerde: quien no nos ama, no nos merece...

Abracitos saludables

Lenteja dijo...

Grrrr. No se publicó el comentario, el colmo de una comentarista...Repito:

Me recordó al Caballero de la Armadura Oxidada, al Libro del BUEN Amor,al Arte de Amar, a varios MALES de amores míos, a varios DESamores, a otros amores BUENOS ...Me recordó en definitiva madre priora, que hay BUENAS formas de amar, pero que hay también MALAS formas de ser amada. Ya lo sé , ya lo sé; el bien y el mal no se separan claramente en los afectos...sobre todo cuando estás dentro... ahora bien se observan "clara-mente"en cómo te construyen, te edifican, te hacen crecer...
Ya paro que le hago un sermón de nuevo hermana.
Besos.Lenteja

El espíritu de sor Virtudes dijo...

* Mayte, siempre le andamos regañando porque tendría que poner límites más cortos, pero cada cual tiene sus medidas y lo bueno es que al final siempre acaba cortando la llave de paso justo a tiempo: cuando el agua le llega al cuello!

* Jam... ¿duro?

* Sabia Pena Mexicana. Yo también renuncié un día al sufrimiento como parte del amor. Creo que ella también, pero la muy ... siempre da un margen amplio al error :)

* Morgana, precioso y útil comentario. Las armaduras se usan porque se tiene miedo y sor Ella se dejó la piel (nunca mejor dicho) para que sor Amor dejase de tener miedo de ella, y eso que yo le decía: Niña, niña, no vayas de salvadora por el mundo, que la gente nunca cambia!! Ella también te quiere a ti.

El espíritu de sor Virtudes dijo...

* Kika, creo que sor Ella progresa adecuadamente. Ya le ha quitado tres vueltas a la llave, habla mucho conmigo, se rió mucho cuando recibió una postal de sor No en la que le decía "Estoy feliz y ya sin ti me he quitado el hábito, y a pesar de todo el daño que me has hecho, te perdono".

* Marcela, es lo que yo le digo a Ella, que si el amor araña, no es un buen amor, pero como es tan testaruda... Sin que se ofenda sor Ella: Cuando una tonta coge una linde, se acaba la linde y sigue la tonta. Menos mal, menos mal que no siguió.

* Gutapercha querida, estoy en las glorias, no temas por mí. Tienes vía libre para contar, que aquí ya estoy por encima del bien y del mal. SéxAmor se abrió, aquí paz y después gloria (perdona la redundancia, pero no me lo pude callar). Dale la carta cuando quieras, ya sabes que para ti descorre las siete vueltas de llave, que te quiere mucho la niña!

El espíritu de sor Virtudes dijo...

* María, allá ella con su coraza. Ni sor Ella ni nadie le iba a hacer daño aquí, pero cada cual es muy libre de vestirse como quiera, máxime en este convento de libertad en el que reside mi espíritu. Lo siento por la cabezota de sor Ella, que la quería y acabó hecha un Ecce Homo con tanto pincho.

* Chris, y cuando nos recuperamos del desgaste, nos quedamos solo con lo maravilloso y nos decimos ¡que nos quiten lo bailao! Yo es que fui muy así de joven, Chris. Me bebí la vida y el amor a sorbos grandes... cuánta pasión, cuánto sufrimiento, cuánta belleza y cuánto adiós. Pa mí se quea (es que soy natural de Almería). Un beso transcelestial!

* Lena, Lena... ¿quién dijo castidad? La clausura es con frecuencia muy necesaria para descubrir misterios casi insondables de la vida y para aprender a vivirla fuera y dentro. ¿Te vienes a pasar una temporada con tu pareja? Se os recibirá con mucho cariño y dulces navideños :)

* Lenteja querida, lo que no mata engorda. Mírame a mí (bueno, no me vas a ver, pero yo sí te veo...) que llegué a 93 años porque lo que no mata engorda y a mí me engordaba todo, lo malo y lo bueno. Claro está que a lo malo renuncié allá por el 59 y desde entonces hasta el día de mi tránsito me gocé la buena vida, el buen amor y la buena soledad elegida cuando me venía en gana. Oye, ¡qué guapa eres, niña!

Arlene Escarlata dijo...

buff, buff, buff, ya estoy aquí! menuda carrerita!!

Vaya, vaya, vaya... así que sor Amor salió de aquí? pues podiáis haber avisado de que andaba suelta!! por que tiene cierto parecido a unaqueyomesé, la he confundido un par de veces... le he soltado un par de achuchones... y me ha dejado como un Cristo!! vamos! toda ensangrentá! X(

Estoy pensando en mandar a unaqueyomese y a sor Amor a dar un paseo por el Oriente Medio a ver si dejan de chincharme de una vez

Un beso ;)

El espíritu de sor Virtudes dijo...

Ay, Arlene!!! Creo que debe de ser una prima suya, porque ella se quitó el hábito y se fue al Caribe... A no ser que ¡nos mintiera! Traedme una medium que se comunique conmigo!

Pero sobre todo ¡un beso, Arlene!

Arlene Escarlata dijo...

Si sor Amor está en el Caribe... tendré que investigar quien es esta anormal que va con escafandra! :p

Un besazo enorme

Siempre suya dijo...

A mi me vais a perdonar, pero es que yo soy muy literal. Así que os voy leyendo hasta que en algún momento quiera Dios que pueda retomar el hilo.

Hasta entonces, besos pa toas

Carmen V. dijo...

Si nos protegemos demasiado aparte de no sentir como dice sorella, podemos pasarnos la vida defendiéndonos de nada y atacando por si acaso.

Un abrazo

Kika Fumero dijo...

Qué buena tu reflexión, Carmen V.: ¡Qué gran verdad! A veces tenemos demasiado miedo para tan poco peligro. Y así nos puede ir...