Apenas te olvido
me pides un tango
lo bailo contigo
escucho tu alma
me miro en tus ojos
te mezo en mis brazos
me abrasa tu boca
te falta el aliento
me vuelvo de fuego
te vuelves de agua.
De pronto recuerdo
que no te he olvidado
que tú no me olvidas
y al instante olvido
las veinte razones
por las que aquel día
me impuse olvidarte.
9 comentarios:
Toda memoria debería ser así, selectiva, y recordar cuando se quiera, que se quiera y como se quiera. ¿o quizás no?
precioso.....mam ya lo dice todo, qué añadir?
¿Los tangos están permitidos en el convento?...
Ahora sí que me apunto!
La poesía misma es de fuego y agua, de pasión, amor y deseo. ¿Es tuya? Si no lo es, ¿puedes decirme de quién? ¡Preciosa, como lo es ese vídeo con el que la has ilustrado!
De pronto recuerdo
que no te he olvidado...
qué cierto y qué doloroso el momento en que te haces consciente de que no has olvidado a una mujer. Ves como necesito entrar en el convento?
Un abrazo, hermana!!
¡Qué bonita!
huy,esto, se me ha olvidado lo que iba a decir.
Besos, guapa.
Huy,huy, huy, que los tangos los prohibió el papa (Creo que Pío X) que son bailes pecaminosos que incitan a saltarse el sex(t)o mandamiento...Dicen. Jaaaaaajajaja. Me gustaría ver la cara que pondrían al ver bailar una lambada o un perreo de esos tan...¿explícitos?.
Ah, muy bonito el vídeo ;)
Si es que este convento es como la vida misma, un besazo.
Bonita manera de bailar tango.
Un beso
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